Intermitentes
Los efectos de la botella inicial de Lambrusco y del posterior Enate producían burbujas en la cabeza de I.
En el interior del coche, se dibujaba una dualidad por mi parte : cortés y neutral acercándola a casa, pero muy descortés yo a la hora de poder soportar sus ñoños arranques de superficialidad estilo Cosmopolitan.
He de pellizcarme para asumir que un tema central de la social velada, partenaire de mesa al lado de ella, ha sido el marketinizado caso de la desaparecida y aparentemente sectista Eva Nasarre. Y que, adicionalmente, a lo largo de las próximas semanas, se irá filtrando progresivamente el caso de la amante de un futbolista famoso de uno de los principales equipos estatales. Y yo pensando y elaborando que, si A. -el patentado y potentado cuarentón novio oficial de I.- no la había acompañado precisamente a la cena aquella noche, era porque existía una buena y condimentada razón de creciente desgaste entre ellos.
Destellos de la noche de la metrópoli.
Una broma de su parte a la hora de coger el coche en el parking.
Desde hace ya minutos, I. ha provocado un ondulante silencio que ha durado los momentos milimétricamente adecuados como para que se activara el "click" de lo que no se dice.
Tener dinero, y publicitarlo en un estilizado vestido negro con tirantes.
En unos zapatos más cercanos al fetichismo que al estilismo.
Una voz "superosea-fenomenal" que llama a los bajos instintos.
Y un perfume no identificado que se filtraba en el aroma de un abismo lento, lento, lento ...
Cuatro calles más apenas y casi ya llegaremos.
Cuatro calles para que ella arriesgue con su silencio.
Para que yo arriesgue con el mío.
Tres calles.
Dos.
I. medio aturdida, que se traga el silencio.
He percibido cómo intensificaba brevemente su respiración.
El hipnótico y luminoso click-clack del sonido de los intermitentes del coche ..
Click.clack ..
Click.clack ..Concierto de fosas nasales rítmicas ... inhalando ... exhalando ...
Tanto traga I. , que traga y traga hasta el irreprimible deseo de no explotar, de no decirme "Hijo de Puta, hey ... mueve ficha..."
"Saluda a A. de mi parte,
dile que un día tenemos que vernos."
Ficha.
Jaque.
En el interior del coche, se dibujaba una dualidad por mi parte : cortés y neutral acercándola a casa, pero muy descortés yo a la hora de poder soportar sus ñoños arranques de superficialidad estilo Cosmopolitan.
He de pellizcarme para asumir que un tema central de la social velada, partenaire de mesa al lado de ella, ha sido el marketinizado caso de la desaparecida y aparentemente sectista Eva Nasarre. Y que, adicionalmente, a lo largo de las próximas semanas, se irá filtrando progresivamente el caso de la amante de un futbolista famoso de uno de los principales equipos estatales. Y yo pensando y elaborando que, si A. -el patentado y potentado cuarentón novio oficial de I.- no la había acompañado precisamente a la cena aquella noche, era porque existía una buena y condimentada razón de creciente desgaste entre ellos.
Destellos de la noche de la metrópoli.
Una broma de su parte a la hora de coger el coche en el parking.
Desde hace ya minutos, I. ha provocado un ondulante silencio que ha durado los momentos milimétricamente adecuados como para que se activara el "click" de lo que no se dice.
Tener dinero, y publicitarlo en un estilizado vestido negro con tirantes.
En unos zapatos más cercanos al fetichismo que al estilismo.
Una voz "superosea-fenomenal" que llama a los bajos instintos.
Y un perfume no identificado que se filtraba en el aroma de un abismo lento, lento, lento ...
Cuatro calles más apenas y casi ya llegaremos.
Cuatro calles para que ella arriesgue con su silencio.
Para que yo arriesgue con el mío.
Tres calles.
Dos.
I. medio aturdida, que se traga el silencio.
He percibido cómo intensificaba brevemente su respiración.
El hipnótico y luminoso click-clack del sonido de los intermitentes del coche ..
Click.clack ..
Click.clack ..Concierto de fosas nasales rítmicas ... inhalando ... exhalando ...
Tanto traga I. , que traga y traga hasta el irreprimible deseo de no explotar, de no decirme "Hijo de Puta, hey ... mueve ficha..."
"Saluda a A. de mi parte,
dile que un día tenemos que vernos."
Ficha.
Jaque.
5 Comments:
Touchè
¡Genial! he contenido hasta yo la respiración al final esperando...lo que no ha sucedido,jejee.Mate.
:-) Mítico el momento ese de "joer gilipollas ¿no ves que la pelota está en tu tejado?". y supongo que la dualidad de la que hablas, en el coche... se debe a que ninguno somos caballeros cuando nadie nos ve ;-)
Muy bueno tu post. He entrado a verte tras ver un comentario tuyo en mi blog. Oye, nadie me había echado nunca jamás tantos piropos como has echo tú en un pispás.
Y desde luego, nada de maquillaje. Nunca uso.
Besos desde mi rincón
Riesgo que se corre en cualquier juego si uno no toma iniciativas y se limita a esperar la movida de otro para reaccionar.
Curiosamente terminas con un jaque...es decir, el juego no acaba ahí...
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