Epidural

Querido ausente -pero no sé dónde, residente, en alma-, Abuelo,

en una fecha tan señalada como la de hoy, y 48 horas de lo que tú sabiamente indicarías como un micro-giro pero crucial micro-destino histórico, precisamente, hoy-hoy-hoy-hoy, hoy se ha publicado y se ha expuesto a los ojos de la opinión pública, que los restos de Andreu Nin han sido más que probablemente localizados.

Querido Abuelo, qué comentarte que no insulte tu inteligencia ni la de aquellos-as que voraces de la verdad lean estas líneas.

No volverán "Crónicas de un Pueblo".

Ni "Canon".

Ni el "1,2,3" de Liko Ledgard.

Tampoco tus silencios y tus lágimas de impotencia silenciosa cuando describías que, por el amor de Dios, hasta un mismísimo Juan, Juan Negrín, declaraba que no sabía lo que le había acaecido a un hombre marxista revolucionario pero un hombre bueno, muy bueno, por cuyas ideas "mereció" ser despellejado vivo.

Querido Abuelo, al que te sigo tanto-tanto-tanto-tanto echando de menos en mi sin fin Exilio Interior.

Querido Abuelo,

Líneas para no mojar las bragas de lectoras sedientas de auto-flujo.

Ni para potenciales lectores que se perdieron en la quinta línea.

Ni para poder describir las lágrimas que me producen, ambiguamente, la vida de los otros.

Líneas no codificadas para que Dios se descojone sólo un rato de ambos.

Que tú me enseñaste, que los Silencios se propagan mejor al calor de una Estufa de Leña.

Y que Dios nos hace, y Dios nos "arrejunta".

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Ciudad Interior, en la que no es mi ciudad.

Marzo, ya, Marzo de 2008

Art_Alegoría

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