lunes, noviembre 22, 2004


¨Existe todo un universo de dardos sutiles que configuran el especto de la atracción y de la sensualidad cuando una mujer observa a un hombre. Cuando lo observa, cuando lo estudia, cuando lo analiza.
Todas las fronteras del saber observar son siempre difusas.
No me observaba igual L. que como lo hacía M. Quizá porque la primera -por deformación profesional- tenía un sesgo más clínico. Y la segunda, una inclinación más numérica, más científica, más matemática. Si yo, alguna vez, dejaba un libro semicerrado al lado de la cama, en el suelo, L. tenía el dulce encanto de leerse la última página que yo había leido para situarse ella a la altura de la narración. Y dialogábamos después sobre cómo sentía yo el discurso de la trama, de los acontecimientos que tenían lugar. Era como compartir una crónica desmenuzada de pareceres literarios.
M. tuvo conocimiento -mucho tiempo después- de esa extraña costumbre. Y ella silenció el impacto que pudiera generarle. Durante muchos muchos meses, ahora lo sé, esa escena que yo le conté de mi previa relación con L. debío atesorarla en su neuronal tienda de campaña íntima.
Una vez, una mañana de domingo, ella se levantó un poco antes de lo usual.
Regresó a la cama pocos instantes después, y, semidormido como estaba, no me dí cuenta de un preciso detalle.
Se había traido una pequeña pila de novelas y de libros que ella había ido amontonando al lado de la mesita de noche.
No serían más de cinco o seis, y luego supe que ella las había escogido al azar.
Comencé a reaccionar cuando me dijo que fuera absolutamente sincero al contestar a su inminente pregunta.
Me iba despertando poco a poco, pero aún sentía esa sensación de arturdimiento del que poco ó muy poco entiende en una mañana dominical.
- "¿ Leiste con ella alguno de estos libros....? Dime la verdad..."
Dirijí una mirada a los libros, sobre la mesita. Y asentí.
- "¿ Uno ó más de uno ?", ella requirió.
- "Más de uno..."
Tres segundos sordos y mudos.
Hizo M. un breve ademán de incorporarse con una mirada de dificil interpretación.
Pero permaneció sentada en la cama.
Perpetuó el silencio, que quedó roto cuando añadió :
- "Me parece bien. Entonces hoy te toca bajar a tí a por los churros".¨

Posted by Hello

8 Comments:

Blogger siloam said...

glup, me recuerda a la frase de sabina :"hay mujeres que van al amor, como van al trabajo".
acertó y por eso triunfó, la competencia llevada al tálamo parece.
muy bien contado.

4:10 p. m.  
Blogger gemuchi said...

jajaja, buena frase esa siloam. Buen post..me negareis que las mujeres tenemos un arte!!jajaja

4:52 p. m.  
Blogger Helena said...

Me encanta la foto.
Ya sabes que las comparaciones son odiosas... yo no puedo resistirme, cuando estoy con alguien, a preguntarle sobre sus relaciones anteriores, luego sé cosas que no debería saber, y a veces pican, escuecen y duelen, pero me aguanto, es el precio de la curiosidad.
Un besito

5:32 p. m.  
Blogger Elisabeta said...

me ha gustado el post pq refleja esa curiosidad que a veces sentimos y que sin embargo no la manifestamos directamente o instántanea sino que dejamos que pase el tiempo y de repente en el momento menos pensado...¡zas!,alé a por churros,jejeje.De todos modos yo soy de las que calla y espera que el otro cuente por sí,no me gusta remover tierras añejas " por si acaso"se despierta la bestia...Muchos besos luneros

6:15 p. m.  
Blogger G. said...

Lo reconozco. Esa manía de preguntar cosas aunque sepamos que al escuchar la respuesta nos arrepentiremos de haber preguntado. Puñetera manía...

8:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Digo yo, que se los llevarías de chocolate...


Alocada.

9:50 a. m.  
Blogger Holden said...

Hay costumbres tan deliciosas que justificarían las hipotecas más extravagantes.
Sí que es una dosis de oxígeno...

8:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Devuelvo la visita a mi blog y me encuentro con un post precioso como este...
Curioso sentimiento el de los celos retroactivos.
Me encanta la costumbre de L. Ojalá pudiera hacer yo lo mismo con los libros de alguien...

Seshat http://seshat.blogspot.com

9:18 p. m.  

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