jueves, octubre 20, 2005

Zoom



¨Tras divorciarse, E se fue a vivir a las afueras de Madrid.
Sé que lleva en sus entrañas el dolor soterrado de acercarse aún por las cercanías de la Ciudad de los Periodistas.
Quedamos cerca del Parque del Oeste.
Hacía tiempo que no nos veíamos.
Va correctamente vestido, normal, de casual wear.
Le veo más calmado, más sereno que nunca.
Ignoro la razón, pero me transmite inicialmente su aséptica dopamina al ralentí.
Sus lentos movimientos anticipan la sensación de fugacidad silenciosa que se apodera de aquellos que en septiembre de 1973 celebraron algo.
Tiene el aura humilde de quien asevera en la sordidez de su mirada que, efectivamente, sí, irremediablemente, él sí ya está de vuelta.

¨No me toques los cojones haciendo como que no quieres preguntarme sobre ella. Ya sabes que ella te tuvo siempre en una elevada estima. Pregúntame y punto.¨

Narcotizo unos momentos el oasis de su aseveración.
Un diálogo de silencios.
Es una esgrima de honestidad recíproca.Y entonces le narro hechos. Y acontecimientos. Y los no-acontecimientos.
Y pienso que no hay que narcotizarle con ninguna dosis adicional.
Y él me pone al corriente de su ex-mujer : la mujer que conocí en aquel trienio del 89-91 y que tanto y tanto me impactó porque en aquel entonces podría ella perfectísimamente pasar por una doble de Cecilia Roth.

Desgranamos la granada conversacional.La granada es una fruta exquisita.Aunque deja manchas.
Como algunos de los capítulos que hemos ido desmenuzando.
En esta ultra-moderna y mega-fashion cafetería debería presentarse y ofrecernos sus servicios un Hada Madrina procedente del País del Kalia.
O del Fairy.
Y me viene a la mente que cuando era pequeño el detergente estrella era el Tutú. Y el Gior.

Le he ido percibiendo a lo largo del encuentro algo más animado.
Más versátil.
Más interdiscisplinar.

¨No hay muchas candidatas, no al menos como ahora ellos las quieren¨ -me revela lacónicamente-. ¨Pero si se lo proponen, y si convierten al canal en el último Orgasmo de Poder del Gran Jefe, acabarán convirtiéndola en estrella mediática. Hasta hace poco eran cuatro, ahora son sólo tres. Nuria Roca ya no está en la lista. Cristina Saavedra es una. Raquel Sánchez Silva, otra. La tercera es una chica que no creo que conozcas : se llama Marta Cáceres.¨

Caminamos después un largo rato, hasta acercarnos a Recoletos, donde él va a coger un cercanías.
Poco antes de despedirnos le reprocho que no hay involución maoísta en coger un móvil y en saber enviar un sms.
Se le escapa una mueca.

La determinación genética debe propiciar las asépticas despedidas masculinas.

Y reparo en el detalle de que hemos comenzado la tarde en Ferraz, y nos hemos despedido en Génova.¨

6 Comments:

Blogger Buttercup said...

Un relato muy cuidado en su lenguaje.

7:03 p. m.  
Blogger Elisabeta said...

He ido acercando mi zoom lentamente,leyendo hasta llegar a la escena de la aséptica despedida masculina.Debe ser cuestión de genética si, ese retraerse de los hombres y mostrarse poca efusividad externamente.Transmitiste perfectamente las sensaciones de uno y transparentaste los sentimientos del otro.Como siempre,me gusto el post.

1:16 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Supongo que pensar en el encadenamiento de circunstancias les llevarían hasta allí. En ambos casos, y a ambos dos, añado.

4:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

no sirve el Kalia para el recuerdo.
La falsa esgrima no mata la verdadera...quizá la posponga, quizá.
besos

10:09 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Los trastornos de los neurotransmisores nunca se llevaron bien con esas manchas prosaicas de granada que ni la perseverancia del Gior ni la falsedad del Prozac logran arrancar del calendario gregoriano.

Pero es grato saber que desde Ferraz hasta Génova caminan, descaradamente frescas, tus palabras.


Javier.

4:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si el otro día me identificaba con un post de A., hoy tu primera frase me provoca escalofríos. Hasta la inicial coincide.

Un saludo.

6:04 p. m.  

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