Cognac
N. tiene el talante explícito de quienes se saben que, al pasar mucho tiempo sólos, elaboran y reelaboran todas sus teorías vitales.
Ha conseguido crear un deslumbrante universo de conceptos, de explicaciones, de casuísticas asociadas a casi todo lo que le ha pasado en su vida.Puede recordar con minuciosos detalles el viaje a Perpignan a bordo de un Dyane 6 en el año 1973.O las anécdotas asociadas a las reuniones semi-clandestinas -amenizadas por el LSD y por la marihuana- en un apartamento de la Ciudad de los Periodistas contiguo al piso de un policía, un casi siempre enfadado y amenazante "gris".
La vida, su vida, quiso que tuviera que lidiar con una hija de una edad aproximada a la mía.
Una muchacha de la que sólo he podido excepcionalmente ver alguna foto.
Se da un aire a Silke.
Y es una muchacha que sólo disfrutó de la convivencia conjunta con sus padres durante muy poco tiempo, elemento que N. menciona como un ingrediente esencial para referirse, no sin cierta tristeza en la mirada, a la tempestuosa e inestable vida de su hija.
"Vosotros teneis unas coordenadas que invitan más al pesimismo que a un fácil easy-going. Nosotros vivimos la ambivalencia de tenerlo más jodido, pero también más fácil : más jodido, porque nunca sabías si esa noche dormirías en casa o en los sótanos de Sol ; más fácil, más sencillo, porque sabíamos que había muchas cosas que cambiar, cosas a las que acceder, cosas con las que ilusionarse. Y no lo entendeis, porque .... sencillamente ... no lo podeis entender... Porque ya no existen rumbos compartidos, asociados a objetivos generacionales. Creeis que lucháis por otras cosas, pero, coño, pensadlo fríamente : luchais por elementos de supervivencia tales como la puta hipoteca del puto piso del puto Sanchinarro ó el puto nuevo Audi A3 os impone. Y esa es nuestra herencia : nuestra puta herencia. La que os hemos dejado. No somos felices porque no os vemos felices. No nos veis felices a los que follábamos como locos, e incluso más que vosotros, hace 25 ó 30 años. Y no nos ve4is felices porque se nos junta el quebranto cotidiano con la lucidez de pensar que os lo hemos dejado a este puto mundo hecho una auténtica mierda. Por éso no nos veis felices. No nos veis felices, pero pensais que nunca lo fuimos. Y ahí te digo que, ojo, que cuidado. Porque creo que, en cómputo global, sí nos acercamos más a ese dificil status que es acceder a haber sentido que durante algún tiempo, intentamos hacer algo que valiera la pena."
Se levanta y permanece inmóvil.
En silencio.
Lo rompe para preguntarme si me apetece un cognac.
***
Gracias a N., en el verano de 1989, conocí la obra de Emil Cioran.
Me dijo que lo disfrutara a mi manera, pero que nunca me tomara literalmente sus dictados.
***
Ha conseguido crear un deslumbrante universo de conceptos, de explicaciones, de casuísticas asociadas a casi todo lo que le ha pasado en su vida.Puede recordar con minuciosos detalles el viaje a Perpignan a bordo de un Dyane 6 en el año 1973.O las anécdotas asociadas a las reuniones semi-clandestinas -amenizadas por el LSD y por la marihuana- en un apartamento de la Ciudad de los Periodistas contiguo al piso de un policía, un casi siempre enfadado y amenazante "gris".
La vida, su vida, quiso que tuviera que lidiar con una hija de una edad aproximada a la mía.
Una muchacha de la que sólo he podido excepcionalmente ver alguna foto.
Se da un aire a Silke.
Y es una muchacha que sólo disfrutó de la convivencia conjunta con sus padres durante muy poco tiempo, elemento que N. menciona como un ingrediente esencial para referirse, no sin cierta tristeza en la mirada, a la tempestuosa e inestable vida de su hija.
"Vosotros teneis unas coordenadas que invitan más al pesimismo que a un fácil easy-going. Nosotros vivimos la ambivalencia de tenerlo más jodido, pero también más fácil : más jodido, porque nunca sabías si esa noche dormirías en casa o en los sótanos de Sol ; más fácil, más sencillo, porque sabíamos que había muchas cosas que cambiar, cosas a las que acceder, cosas con las que ilusionarse. Y no lo entendeis, porque .... sencillamente ... no lo podeis entender... Porque ya no existen rumbos compartidos, asociados a objetivos generacionales. Creeis que lucháis por otras cosas, pero, coño, pensadlo fríamente : luchais por elementos de supervivencia tales como la puta hipoteca del puto piso del puto Sanchinarro ó el puto nuevo Audi A3 os impone. Y esa es nuestra herencia : nuestra puta herencia. La que os hemos dejado. No somos felices porque no os vemos felices. No nos veis felices a los que follábamos como locos, e incluso más que vosotros, hace 25 ó 30 años. Y no nos ve4is felices porque se nos junta el quebranto cotidiano con la lucidez de pensar que os lo hemos dejado a este puto mundo hecho una auténtica mierda. Por éso no nos veis felices. No nos veis felices, pero pensais que nunca lo fuimos. Y ahí te digo que, ojo, que cuidado. Porque creo que, en cómputo global, sí nos acercamos más a ese dificil status que es acceder a haber sentido que durante algún tiempo, intentamos hacer algo que valiera la pena."
Se levanta y permanece inmóvil.
En silencio.
Lo rompe para preguntarme si me apetece un cognac.
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Gracias a N., en el verano de 1989, conocí la obra de Emil Cioran.
Me dijo que lo disfrutara a mi manera, pero que nunca me tomara literalmente sus dictados.
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7 Comments:
Vaya sensación de déjà vu me acaba de dar...sí señor, cuánta verdad en sus palabras...hace poco más de un año, estuve tomando un ginger ale con un amigo inglés,( que lo tomaba con whisky), en la cafetería de mi padre, y me decía algo muy parecido...sí...
La perdida de la lucidez, nos roba la intensidad de los instantes a costa de perspectivas castradas. La estupidez de la normalización, dicen.. siento.
Para N.¿cualquier tiempo pasado fué mejor?...Creo que la impotencia que tenemos muchas veces (demasiadas) al lidiar con hijos descontentos con su presente, comparando nuestras antiguas luchas con las de ellos sin poder evitarlo nos arrastra a una espiral de infelicidad porque parece que ellos no tienen nada con lo que ilusionarse y es dificil,muy dificil motivarles...y eso que en mi caso aún es un adolescente.
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Cioran me produce vértigo, de una generación inferior a N. creo que acierta y desacierta moviéndose en una dualidad extrañamente humana. Una lucidez de vértigo diría que tienen N. y Cioran.
Precioso blog, por cierto.
Me aprece la mejor forma de recomendar un libro, esa, no seguir dictados. me aprece que desde los libros de autoatuda :punto uno, dos...más generalizar resultados de estadísticas, se lee mal, se exigen soluciones a los libros...
Me parece que conozco a N. , o a personas que dicen cosas así.
Muy bonito lo que te decía N., y muy triste. Para su alivio o su contento o algo parecido, esta herencia no nos la ha dejado gente como él. Nos la han dejado las izquierdas de mierda que nos vendieron a cachos y traicionaron a sus bases.
Y así anda mucha gente, con un puñal clavado en la espalda. Lo jodido es que es un puñal que pintaron de rojo, por eso duele más.
Un saludo.
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