jueves, septiembre 14, 2006

Corchea


“En 1997 tú no tenías Internet.
Y desconocías que, para aquel entonces, ya habían pasado más de 8 años desde que Marta Chávarri refrescaba sus bajos con la veraniega ausencia de bragas.
En 1997 desconocías la importancia marketiniana que alcanzaría el concepto prostituido de la Inteligencia Emocional. Y la consiguiente fortuna que un tal astutísimo Goleman cosecharía con ella.
En 1997 tú no sabías que “Portero de Noche” sería un potencial descubrimiento en la filmoteca de tu ciudad.
En 1997 desconocías que no era lo mismo Marc Anthony que Marc Antoine.
En 1997 desconocías que la MDMA ya estaba aquí en círculos restringidos y mucho tiempo antes de que se estigmatizara la Ruta del Bacalao (sic).
En 1997 desconocías que “La Clave” de Balbín sería un Icono retrospectivo de generaciones anteriores con matices reivindicativos distintos.
No sabías que Pierre Cardin era un poeta.
Ni Pierre de Ronsard una marca usual francesa.
Desconocías que Benetton acusaba a nivel de ventas el cansancio de su estilismo.
En 1997 desconocías que se follaba en los turnos de noche de Torrespaña : polvos en technicolor con Vistas, silencios cómplices de casi todos.
Y que un porcentaje considerable de las azafatas de IFEMA practicaban idiomas por las noches.
Para aquella época, para aquel año, tú no sabías que Chueca ya había ardido.
Y que diez, veinte años antes, ya había existido tórrido sexo en los locales de Huertas.
Y en algunos de La Latina.
En 1997 ya estaba inventado comer coños con equivalentes de caramelos “Halls”.
De hecho, incluso, 100 años antes : ya que, como puedes imaginarte, el tam-tam de las experiencias sublimes de Indochina se propagaron con la misma velocidad con la que uno va al baño tras beberse medio litro de laxante.
En 1997 tú no sabías que Elías Querejeta ya estaba de vuelta.
No sabías que Javier Marías era buena gente.
Que ni harta de vino ni de anfetas ni de playstation ni de blogs-áinnnnnnns podrías haber llegado a pensar que Romy Schneider llegó a trabajar para Orson Welles pero también para Woody Allen.
En 1997 tú no sabías que Antonio Vega adelgazaba de forma extrema por el cristal, metal y limón.
Desconocías que los terrenos adyacentes a Sanchinarro ya se habían pre-adjudicado. Análogamente, como los de Poblenou.
Nadie te informó de lo que ocurrió durante 7 días de Enero, veinte años antes.
En 1997 desconocías que el Cimbrel Monárquico comenzaba su lógico lento declive.
Me llena de Orgullo y de Satisfacción.


La próxima vez que vayas al baño, en la intimidad de tu casa, y te sientes en la taza - ... ... zzzzzssssssssssssssss ... ... -, dedícate la siguiente reflexión :
Tres mil doscientos ochenta y cinco días después, fíjate las cosas que has aprendido.


Ultimo chorrito.


Y sécate. ¨

***

Art_Alegoría
Ciudad Interior
Septiembre 2006



6 Comments:

Blogger María Esquitin said...

En 1997, creo que sabía todo eso, pero aprendí la lección más importante de mi vida. Que la muerte acecha sin que lo sepas, y que un día suena un timbre y te dicen que alguien se está muriendo. En 1997, dejé de ser yo, para ser otro yo, probablemente aprendi que nunca debo pensar que la vida es algo efímero y que de nada sirven ciertas cosas absurdas, triviales y falsas con las que vive la gente. La inercia mata en silencio, y la desidia tambien.

1:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Algún día podrías contarte (y nosotros leerlo con el rabillo del ojo) qué cosas desconocías tú en mil novecientos ochent... o seten... o ses... en tu tiernísima adolescencia, quiero decir.

7:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo ya sabía. Desgraciadamente sabía que se me defraudaría, que se me engañaría. Que compañeros, de trabajo, con sus sonrisas y amable pose me tenderían trampas. Antes de darle nombre, yo ya sabía del moobing y del booling. De que era maestra de segunda por serlo de colegio público, con experiencia y capacidad demostrada y reconocida. Que ya la emigración y el marginado era excluido. Que aquel alumno/a por mi amado no fue salvado. Que la trena, la carcel y la droga se los ha llevado. Y ahora sé que ese número de magrebis que estan destinados a ser hombres bombas,alguno de ellos puede ser aquel a quien yo amé como su maestra que le enseñé valores que en la calle le negaron.
Es claro, tengo más de medio siglo sobre mis espaldas.
El dolor y la pérdida, también.
No soy de la generación del sesenta y ocho pero crecí bajo su sombra y a pesar del tirano sabía más, estaba formada e informada. Ahora todo es ficción. Se ha abierto la brecha de la vida y bajo ese abismo todo se cuela.
Hoy la proximidad es lo único que puede formar e informar.

8:17 p. m.  
Blogger Ababol said...

Siento como si estas líneas, de algún modo, me pertenecieran.

A veces te han llamado (te he llamado) misógino, aunque cuando yo te lo he llamado ha sido un guiño de complicidad.

Y ahora te agradezco muchísimo este post que hago, en cierta forma, mío. No puedes hacerte idea de hasta qué punto valora una mujer como yo el hecho de que haya hombres que no babeen ante las chicas áinnnnnnss

O tal vez es, simplemente, que ultimamente estoy un poquito sensible con este tema

un beso

9:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

En 1997 sabía muchas cosas de las que hablas, pero estaba demasiado entretenida en asimilar que mi corazón partío se empeñara en seguir dando las horas de vacío...

7:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

He aprendido muchas cosas, si, algunas tú todavía no sabes ni que existen.

1:26 a. m.  

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