Doctas

"En la noche del sábado asistí a un ejercicio de crueldad generacional.
Eran cerca de las cuatro de la madrugada, cuando desembocamos en un local de ambiente dual.

Se veía bailando a una mujer en la edad de estar de vuelta y con aspecto remotamente similar a Julia Otero, enfundada en una blusa blanca -azuloide rayos X por los focos- y con una falda de "cuero/polipiel/lo que fuera" con un tono eléctrico marrón/negruzco.

Y la mujer, muy digna ella, desahogándose con el sonido de ¨Rumore¨ de Raffaella Carrá.
Movimiento de tobillos, pa´llá.
"..mi è sembrato di sentire un rumoooore, rumooooore...."

Y la mujer, exorcizando fantasmas con las notas de ¨La Desconocida¨ de Marta Sánchez.
Caderas en movimiento, pa´cá.
"...Noooo, nooo, yo no soy ésaaa, la que tú te imaginaaaas..."

Y si el desahogo no hubiera sido suficiente, la señora practicando su happening particular con el ¨No-controles¨ .
Media vueltaaaaaa, contorneo de cinturitaaaa, aaaasí.
"... Nooo controoooles mi forma de vestir...porque es...Totaaaál..."


Si Julio Medem la hubiera podido grabar, la incluye en el germen del guión de su siguiente película : porque proyectaba la señora, simultáneamente, la dualidad y misteriosa potencialidad de especular si se trataba de una respetable ama de casa con hijos preadolescentes ó, si, por el contrario, bien pudiera tratarse de una de las gerentes de una gran firma de auditoría.


Al fondo, a la derecha, se divisaba cerca de la barra a tres muchachas : de veinte-muy-pocos.
Clónicas. Se han puesto de moda esos tejanos con color a juego con cinturones elásticos.
Muy armadas.
Armadas de copas.
Con pose pseudo-estilista. Que no estilizadas.
Sobradísimas.
Y con sospechosos movimientos -casi espasmos- de sus cuerpos de la talla 38 ocasionados por la hilaridad y las considerables e indisimuladas risas que les producía la vigilante observación de la mujer antes descrita.
Risas, comentarios.
La observan.
Una lleva la voz cantante.
Más comentarios, más risas.
Siguen mirándola.
La que lleva la voz cantante, parece especialmente mordaz en lo que apunta.
Risas.
Siguen y siguen observando.
Más comentarios, y más y más risas.


A partir del cuarto megabloque de hiriente hilaridad, cualquiera se sentía verdaderamente incómodo y experimentaba cierta verguenza ajena.

***

Desconoce todo un Universo de Colores nuestro trío de jóvenes damas.
Desconocen, desconocen muchas cosas.

Desconocen que quizá jamás lleguen a pisar una pasarela.
Que quizá jamás puedan costearse ese piso en la zona de Las Rozas ó en Sant Just Desvern.
Que quizá el día que sientan el amor, el amado quizá se destroce los sesos en la M-30 ó en las Ronda Litoral.
Desconocen que en el 2011 sus caderas ya no serán como ahora.
O que la peluquería que abra la rubita, quizá quiebre.
Desconocen el motivo por el cual, una noche, inesperada, hayan de ingresar súbitamente en el Gregorio Marañón ó en el Hospital Clinic.
Por no hablar de que, la de la voz cantante, quizá, se quede en el camino de convertirse en una formidable y reconocida abogada, y haya de contentarse con trabajar en una gestoría de barrio gestionando recargos de la contribución urbana.



Por desconocer, porque desconocen tanto ... ..., desconocen si algún día, muchos años después, podrán tener el espectro de un ánimo, el vigor de un cuerpo y el clarividente cerebro necesarios como para estar y moverse a las 04.00 a.m. en un local dual. "



"...cuoreeeee, batti il cuoreeeee
na,na,na,na……
mi è sembrato di sentire un rumore, rumoreeeee
serà la paura
io da sola non mi sento sicura, sicuraaaaaa ...."