jueves, febrero 10, 2005

Gimnasio

"No me gustan los debates de un sexismo mesiánico. Me incomoda mucho la clásica y cotidiana situación de escuchar cómo aparcan las mujeres ó si los tíos nos dejamos la taza del inodoro levantada. Si me acerco a un supermercado y llevo una lista de la compra, no me gusta que algunas mujeres puedan interpretar que soy muy apañadito, es decir, gay, por semejante inocente acto. Me seduce la inteligencia observadora de un cerebro femenino que sepa abstraerse de los compartimentos estancos. Y, consecuentemente, valoro y aprecio el que algún hombre sepa compartir conmigo apreciaciones sobre el espectro femenino que vayan más allá del exponencial morbo -parece ser- que produce la irupción mediática de Raquel Sánchez Silva.
Creo en la paridad de las miradas huidizas de esa mujer anónima que todavía dice tener 39 años y que me observa a hurtadillas ojeando algunas páginas de un libro en el FNAC de Callao. También en la de la anónima mujer que masca chicle y que me pilla curioseando fragancias en el Sephora de El Triangle. Pero sobre todo creo y comparto el ¨Mirar sin Esquemas Predeterminados¨, que es más que mirar. Es observar. Y observar, es vivir. Vivir observando es una dosis epicúrea en sí.
Asisto en ocasiones a cenas de parejas de conocidos y de amigos a los que se añaden, circunstancialmente, nuevas personas. Puedo reparar que hay una nueva invitada. Hay un primer impacto, y yo no sabría decir si ella destila una imagen synth-london ó si se ha dejado llevar por un modelito-copia de la también crecientemente cotizada Amaya Arzuaga. Fina. Y segura. No, no lleva alas. Observa élla con sus silencios lo que otros gritan con sus voces. El vino siempre se extiende en las cenas. Se filtra. Se inocula en la forma de expresarse, de todos. Se va elevando el nivel de desvarío y el volumen del griterío del local. Un puntito de euforia socializada. La nueva invitada puede seguir observando, pero relajando sus defensas de un pudor inicial. Si te atreves a arriesgar, incluso le podrías intuir que se trata, sin duda alguna, para ella, de "una cena más, y punto." Transcurre la cena. Transcurre. Flashes. Transcurre. Postrimerías. Es cuando a la hora de pedir los patxaranes, llega el momento de los chistes. Recurrentes, por cierto. Los chistes en un extraño puzzle del azar, confluyen en los comentarios. En comentarios sobre las "tías". Y sobre los "tíos". La invitada, que se le va filtrando la hilaridad. Y el vino. Ahora ya tiene las mejillas sonrosadas. Y un brillo en su mirada que fugazmente ha ido repartiéndote en milimétricas inyecciones que parecen decirte : " ¿ ....eres gay....? ¿ .....entonces-por-qué-no-me-miras-el-canalillo.... ?". Hace ya largos minutos que con sus dedos se acaricia inconscientemente el lóbulo de su oído. Su oreja debe ir al gimnasio y hacer pesas. Lo digo para aguantar ese pedazo pendiente. Alguien salta de repente y dice que ha ido a ver "Closer". Todo el mundo ya la ha visto en esta metrópoli menos yo. Ah, pues no. La invitada tampoco la ha visto. "¿Te has enterado, tío..., que aúnnnn no la he visto ... ... ... ". De repente, de improviso .... .... un tornado y un aluvión de ausencias se extiende en las dos amplias mesas.................... : se van casi todas al baño. Momento preciso en el que aquellos que ya se habían tomado el primer patxarán, optan por pedir un segundo. Llegan. Los patxaranes, y ellas. Con carmines rejuvenecidos y aromas repotenciados. Y la invitada sin brillos en la frente. Ha cogido un Camel, y le ha dado una calada inicial. No le ha dado una calada, no. Le ha hecho una caaaaaaaalada al cigarrillo. Absorto en el momento en que lo recuerdas. Absorto estabas. Y faltaba algo : la socarrona palmada agresiva que te da en plena espalda fulanito, que más que una palmada parece una agresión y la bomba de Hiroshima : "¿¿¿Quéeeee táaaaaaaal, tíoooooooo ???". La invitada se ríe ya inoculada por los caldos de Cariñena, por el instinto grupal y por un "hombre, como dios manda" que le tira los tejos y se le acerca sibilinamente al precio de que mi espalda mañana lleve la silueta de la mano del macho.

Sonrío por dentro y atesoro la certeza de que la invitada no ejercita el noble arte de las miradas huidizas.
Nunca será medio anónima.
Y que no coincidiremos en el Callejón del Saber Observar en Azca, ni en la Porta del Angel.
Aunque mascle chicle y se entrene con ello para saber fumar.
Porque creo que no miramos igual. Y si no miramos igual, no observamos igual.
Su dosis epicúrea es su dosis. No es la mía. Que es distinta."

13 Comments:

Blogger maRia said...

Gracias por provcarme una gran sonrisa.

1:40 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias por tu visita, encantada de visitar tu página. Muy buen post.
Maribel http://maribel.blogia.com

3:27 p. m.  
Blogger mirada said...

:-) gracias

5:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias por tu visita, bonito blog :)
Me he reido... ¿Quien no ha sido ese desconocido en una fiesta algona vez? Lo bueno del vino, es que nos esconde la vergüenza, lo malo es que a veces la esconde demasiado.

Un saludito :)

7:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

De Brisa

Pues a mí Art, más bien me ha dado un poquito de penita, quizás por una especie de empatía hacía tí, pq menuda nochecita...!!! ¿no? Me gusta esa forma de mirar que defines, que es observar, ver el alma a través de una mirada.

Por cierto tuviste suerte con la llegada de ese hombrecito que consiguió calmar la dosis epicúrea de la dama.

Por cierto Art... me gustaría hacerte una pregunta

¿estas seguro que ella buscaba el placer a través del cultivo del espíritu y la práctica de la virtud, tal y como defendía Epicuro? te invito a la reflexión ;)

Brisa Urbana

10:44 p. m.  
Blogger __nia said...

el sexo no tiene nada que ver. claro que si analizamos la cultura, encontramos ya un fruto machista maduro que puede ser el causante de las diferencias motivacionales hombre/mujer. bah, pero los tiempos cambian...
... ¿no?

entendí a la invitada como alguien simple, muy simple. su silencio no era epicúreo. su silencio no era ni hedonista. era timidez, era represión (al final si que va a ser epicureo... con su cálculo d valores me gustaba llamarle 'reprimido'), la chica ni siquiera pensaba en estar callada.
La única mente lúcida y analizante, despierta, era la tuya. (habrás disfrutado y odiado la situación).
¿ignorantes felices o conscientes insatisfechos?
lo tengo muy claro.

que bonito saborear un buen momento... cuando nos cruzemos como 2perfect strangers en la Fnac quiero ser consciente de ello, miraré o huiré si hace falta, pero siempre atenta, encontrándolo todo bello, mágico.
Te devolveré tu carta.
héroine.

11:30 p. m.  
Blogger Elisabeta said...

Bueno,supongo que en el trocito de noche en el que pensaste que su dosis epicúrea podía ser tu dosis... fué interesante,aunque al descubrir que no era así te quedaras algo ¿decepcionado? Desde luego buen observador si eres...Besitos y buen finde

2:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues afortunadamente no somos iguales, pero las diferencias no tienen nada que ver con el aparcamiento, ni la compra, ni lo que bebemos o la fragancia que usamos... Las diferencias salvando las que todos conocemos por razones evidentes, no se podrían clasificar en femeninas y masculinas sino en la calidad humana, y aquí no hay sexos, pero sí una amplia y maravillosa diversidad.

Un beso

9:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

no se si soy de los hombres que en cierto modo creo entender lo que dices pero me parece que tu escrito es muy bueno, y que viene bien romper esas dos tricheras de los "cabrones de los tios" y las "putas que son las tias".

Agur

Jon

2:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

UFF,QUE PESADITAS SON ESAS CENAS, TAN PREDECIBLES, CON TODOS PENDIENTES DE L@S NUEVOS.
siempáticos.

6:02 p. m.  
Blogger Funny Blondie said...

Jajaja, buenísimo el post. Éste y los tres anteriores que son los que llevo leídos hasta ahora :-)

Encantada de conocerte.

5:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Todavía no he visto Closer.
¿Madrid o Barcelona? Me confundes.
Un hombre de los de verdad...
Ummm!!! Qué atractivo!!!
Ya veo que eres buen observador.
Besos y gracias por visitarme.

Enelcamino
www.blogs.ya.com/enelcamino

8:40 a. m.  
Blogger GLAUKA said...

Cuando menos interesante. Pero parcial como todo lo que se comenta en esta vida.
No es fácil abstraerse de los maldito clichés socialmente extendidos ya que tiene su base en la práctica y la habitualidad. Y me extraña que tú logres hacerlo por completo.
Pero me gusta, me alegra creer, y voy a intentar creérmelo, que sí que lo consigues del todo.
Da esperanza.
Porque a veces la inocencia engaña a nuestros ojos, y logra convencerles de que se entretengan mirando huidizamente e incluso de que alguien a nuestro lado tiene ese mirar especial que ansiamos, pero a los pocos segundos, esos mismos ojos se averguenzan de esa inocencia y pierden la cordura volviendo a la mirada socialmente aceptable.
Entonces el otro, que puede ser verdad que mire de forma especial, cree haberse llevado a engaño, asociándolo a cierta ingenuidad.
Puede haberte pasado y nunca lo sabrás.

9:33 p. m.  

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