Atocha

¨Quinientos.
Quinientos treinta y siete euros, al mes.
Cada mes.
Para que su hija -nacida en la madrugada de la primera Victoria Socialista- resida en la metrópoli gallarda.


"...Reía, mientras hablaba con el muchacho por teléfono y miraba al otro -que la fotografiaba- a los ojos; ambos se reían del interlocutor, que al otro lado, en el teléfono, en su papel de novio formal, de los de toda la vida, de tierras, ganado y todoterreno, no imaginaba -o quizás sí, razón por la que era tan insistente- que la vida de estudiante de su novia formal no era tan monótona como a veces le contaba..."


El perdón.
El perdón de un padre Viudo, una vez más.
Otra y otra y otra vez más.
Una vez más.
Para que la hija -con chatarra de titanio discordante en sus ágiles caderas- se esnife en la noche de la metrópoli los ahorros del "Dia" de un padre de ciudad de provincias.¨





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