martes, junio 05, 2007

Gastro


"El Calor de Temporada ejerce su gradual implacable sentencia y se sabe ganador en el cosmos de mi piel.
Astuto, hábil, sibilino, el Calor de Temporada se aventura entre mis poros.
El Calor de Temporada me humilla acechándome ante mi irredento signo de flaqueza -instante en el que entre vapores, claudico- : al tercer intento de quitar la raya de la manga izquierda de la camisa.

Un Lolailo marujino de un Marujo Lolaiero.
Un destello de micro-lucidez me acerca visualmente a un almanaque de Bankinter.
Siempre testigo desde Diciembre de qué se cuece en la cocina y de qué se cocina con lo que escuece.
Y pienso que este digno almanaque si tuviera alma se descojonaría al observar cómo preparo los Huevos Estofados.
Que no son lo mismo que los Huevos Cocidos.
Ni tienen el mismo sabor que los Es-Cocidos.

La psique establece su Tango y me retrotrae a su particular perestroika de la Memoria.

¨ -Hola: Qué ojos más bonitos tienes.
Y qué corazón de trapo empapado.
¿Puedo llamarte hermano? Si nos hubiéramos conocido, me habrías llamado hermana.
Si hubieras sabido que tampoco yo me puedo perdonar a mí misma, a pesar de nuestras diferentes maneras de afrontarlo y de tomarnos la vida -a tragos tú y a sorbos yo-, me habrías llamado hermana.¨

***

Carlos : hoy hace ya 5 años que nos dejaste.
Hoy tendrías 47 años, y algunas-os ya te llamarían de Vsted.
O simplemente, en el hueco vital del descubrimiento nunca tardío, Hermano.

No son Perlas.
Ni son Ensangrentadas.
Son sólo unas líneas.

Para rememorarte : que es, para algunos -y para algunas-, nuestro mal menor.

Para tí, Carlos : te encuentres donde te encuentres, existas donde existas."


***

Art_Alegoría ©
Ciudad de Exilio Interior
Junio 2007