viernes, enero 28, 2005

Voluble




miércoles, enero 26, 2005

Äcrata

"El erotismo de la palabra y el de la mirada de los anónimos ojos que puedan leer estas líneas. La conexión invisible, cierta, tácita, entre entender lo que mis dedos dictan y lo que tus anónimas neuronas leen. Instante. Un segundo, dos, tres. Timing. Medio sorpresa. Hummm. Se dibuja una elipse. Más segundos. Respetemos, sí, los conceptos de la sensualidad, de la piel erizada o del erotismo de un baile de disfraces. Porque en ese vuestro hemisferio femenino, viven y habitan los gnomos sensitivos de quien entiende estas inconexas líneas. Serás quizá una protagonista de metrópoli urbana, serás recién llegada al ámbito de Europa o incluso estés ya de vuelta mientras saboreas el dulce tortuoso placer de conectar tu pantalla mientras saboreas ese cigarrillo rubio. Porque la mención de lo obvio, vulgariza lo evidente. Nadar, nadar y nadar en las aguas de lo que se perfila como sutil posee un añadido encanto. Una diplomática visceralidad que anida en una casuística cuasi-genética : un aroma de pieles cercanas, de taquicardias que anticipan a un beso y el escalorfrío que recorre la geografía de una nuca. Acercarse como quien no se desea acercar. Y alejarse como el que no desea alejarse demasiado. El timing del Eterno Femenino mezclado con la alquimia del triunvirato Persona-Mujer-Hembra. Releyendo esa última línea. Tú quizás la estés releyendo. Esa última línea. Y ahora quizá hasta se te escapa una sonrisa al introducir este micro-diálogo imposible. Asimetrías de unas lineas que mis dedos siguen dictando. Lento, lento, lento. Lento pero no sinuoso. Y si fuera sinuoso, hasta discretamente volverías a sonreir. Aunque no seas de metrópoli. Ni europea. Ni broker. Ni administrativa. Y mucho menos aunque no seas diseñadora, o profesora de arquitectura. Un ámbito en el que no importa lo que seas. Porque me gustaría sentir la reciprocidad de que tampoco te importa qué es lo que sea yo. Y sabes que te lo agradezco. Pero en el magnetismo de este momento -y lo sabemos ambos- , elevamos al altar de tan híbridas sensaciones el que no seamos explícitos. No muy explícitos. Porque si has llegado a estas alturas del párrafo, es porque eras de las niñas pequeñas que mirabas a las hormigas, de las que apoyaban su naricita en una ventana o incluso de las que hacían gimnasia con aquellos chándals de color azul marino con rayas blancas. Y otra sonrisa. Que quizá se te haya escapado. Ahora, si quieres, para catalizar el espectro de los extremos podría manifestar y expresar algo visceral y obstinadamente obsceno, milleriano. Pero sería muy fácil y no nos los vamos a permitir. Porque en los últimos meses, quizá anónima interlocutora, te haya pasado como a mí. Que no queremos caer en el caleidoscopio de quien ha iniciado el Viaje de Vuelta. Que éso sería triste y poco vivencial. Que no, no y no. Pero que reivindicamos, humm...., cómo decirlo, "otra cosa, otras cosas". Y de nuevo la vida es un bucle .... y por ello .... el duende que nos observa se medio ríe al observarnos cómo reaccionamos tú y yo ... Unidos por el halo indefinible del erotismo de la palabra y el de los anónimos ojos, tus ojos, que leen estas líneas. "

viernes, enero 21, 2005

Menstruación

Se vé a dos chicas en el anuncio.
Están en una cocina.
Una de ellas le pregunta a la otra : "¿..... cómo se le puede decir a un amigo .... que .... es algo más que un amigo ....?"
Su compañera, con lacónica e insinuante sonrisa, le contesta : "Hummm .... por qué no te pones algo... "verde" .... ?"
Y se ríen.
Se ríen juntas.
Y, entonces, la chica del principio, reformula finalmente : " ¿ y .... cómo se lo digo a mi novio ... ?"
Y, con hilaridad, de nuevo, vuelven a reirse.

***


Urbanización residencial.
Una mujer de 38-45 años llega a casa. Lleva en sus manos el paquetito de Canal +.
Hay una vecina, de edad similar, que la observa llegar mientras trabaja en su jardín.
La saluda, y se interesa por el paquete del Plus.
Negocian, y la jardinera con-pocas-luces le dice que puede pedirle lo que sea.
Incluso el vestido de un exclusivo diseñador.
Pero la primera mujer repara en el apuesto marido de la "jardinera" y, lacónicamente, mientras observa al hombre, le machaca con el inmisericorde y marketinizado : "Pues va a ser que no..."


***


Publicidad por y para ellas.
Entre otras, para la mujer moderna de una moderna metrópoli de una pseudo-moderna España.
Molestias neuronales y vaginales.
Macro-Tampax socializado i.e. neurolizado para la Menstruación del Intelecto.


(Sic)

martes, enero 11, 2005

Bucle

" He recibido un mail que me ha llamado mucho la atención. Pertenece, parece ser, a una usual visitante de este anónimo blog que nunca ha posteado ningún comment. En su mail me dice, textualmente, que "se nota que no eres por la forma de expresarte un hombre joven" y que "el trazo denota eclecticismo en las diversas influencias de todo lo que has leído".

Me he quedado algo pensativo pues, admito, desconozco cuál es el particular sello de estilo que diferencia a quien proyecta una relativa juventud y a quien denota una relativa madurez. O, por qué no, a quien pudiera plasmar una relativa senectud.

No creo en la asimetrías sensitivas entre sexos.
No cuando conciernen al Espectro de la Sensitividad.
Considero compatibles en una misma mesa, adornada exclusivamente por velas, a Herman Hesse y a Marguerite Yourcenar. A Madame Curie y a Lord Byron. A una anónima desconocida de la línea azul de metro con un anónimo chico del bus número 85.

Me agrada que no haya un sexismo interpretativo.
Las fronteras entre lo que neuronalmente se adjudica a un sexo o al otro me parecen muy restrictivas, muy encorsetadas.
He vivido -en etapas anteriores de mi vida- situaciones tragicómicas por el exceso de celo en diferenciar y disociar esos dos supuestos "campos de batalla". Todas éstas situaciones culminaron con la lánguida y semi-inerte grisácea sensación de que nos erosionaba más la dinámica del conflicto que el aterrizaje conjunto a "soluciones y territorios de nadie".

Ahora, sé, que el desgaste en el tránsito de aquello que es superfluo me erosiona mucho, mucho más que las heridas causadas por rasguños de un mayor calado.

Y probablemente, omitiendo cualquier bucle popperiano, podría ser que este síntoma ejemplifique el clarividente, precioso y preciso concepto crucial del que me hablaba mi visitante : y es que a todos nos llega un determinado momento, sin que prescindamos de mirar hacia adelante, en el que comenzamos a divisar la vida a través de un Espejo Retrovisor. "

lunes, enero 03, 2005

Cognac

N. tiene el talante explícito de quienes se saben que, al pasar mucho tiempo sólos, elaboran y reelaboran todas sus teorías vitales.
Ha conseguido crear un deslumbrante universo de conceptos, de explicaciones, de casuísticas asociadas a casi todo lo que le ha pasado en su vida.Puede recordar con minuciosos detalles el viaje a Perpignan a bordo de un Dyane 6 en el año 1973.O las anécdotas asociadas a las reuniones semi-clandestinas -amenizadas por el LSD y por la marihuana- en un apartamento de la Ciudad de los Periodistas contiguo al piso de un policía, un casi siempre enfadado y amenazante "gris".

La vida, su vida, quiso que tuviera que lidiar con una hija de una edad aproximada a la mía.
Una muchacha de la que sólo he podido excepcionalmente ver alguna foto.
Se da un aire a Silke.
Y es una muchacha que sólo disfrutó de la convivencia conjunta con sus padres durante muy poco tiempo, elemento que N. menciona como un ingrediente esencial para referirse, no sin cierta tristeza en la mirada, a la tempestuosa e inestable vida de su hija.


"Vosotros teneis unas coordenadas que invitan más al pesimismo que a un fácil easy-going. Nosotros vivimos la ambivalencia de tenerlo más jodido, pero también más fácil : más jodido, porque nunca sabías si esa noche dormirías en casa o en los sótanos de Sol ; más fácil, más sencillo, porque sabíamos que había muchas cosas que cambiar, cosas a las que acceder, cosas con las que ilusionarse. Y no lo entendeis, porque .... sencillamente ... no lo podeis entender... Porque ya no existen rumbos compartidos, asociados a objetivos generacionales. Creeis que lucháis por otras cosas, pero, coño, pensadlo fríamente : luchais por elementos de supervivencia tales como la puta hipoteca del puto piso del puto Sanchinarro ó el puto nuevo Audi A3 os impone. Y esa es nuestra herencia : nuestra puta herencia. La que os hemos dejado. No somos felices porque no os vemos felices. No nos veis felices a los que follábamos como locos, e incluso más que vosotros, hace 25 ó 30 años. Y no nos ve4is felices porque se nos junta el quebranto cotidiano con la lucidez de pensar que os lo hemos dejado a este puto mundo hecho una auténtica mierda. Por éso no nos veis felices. No nos veis felices, pero pensais que nunca lo fuimos. Y ahí te digo que, ojo, que cuidado. Porque creo que, en cómputo global, sí nos acercamos más a ese dificil status que es acceder a haber sentido que durante algún tiempo, intentamos hacer algo que valiera la pena."


Se levanta y permanece inmóvil.
En silencio.

Lo rompe para preguntarme si me apetece un cognac.

***


Gracias a N., en el verano de 1989, conocí la obra de Emil Cioran.
Me dijo que lo disfrutara a mi manera, pero que nunca me tomara literalmente sus dictados.


***