lunes, noviembre 29, 2004


Mucho
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"En el Metro de Madrid hay una línea azul.
Es de color azul celeste y tiene una parada que se llama ¨Pacífico¨.
Sólo tuve que esperar un par de minutos.
Cuando entré en el vagón, a los breves segundos, aquella chica que estaba sentada me lanzó una ligera y gradual cálida sonrisa.
Ella jugó a la Danza de las Miradas Huidizas.
Y jugó y jugó hasta que me bajé en ¨Nuevos Ministerios¨.
Caminando yo con una pequeña maletita, entre aquellos pasillos.
Y cuando pasé de una línea azul del Metro a otra de color rosa, en el andén, de nuevo, sin que yo lo esperara, nos volvimos a cruzar.
Estaba allí.
Sonriendo de nuevo.
Y vino un metro.
Y nos pudo, nos venció ese sutil pudor que avecina lo que es bello, lo que es lindo.
Porque nos sentamos un poquito lejos uno del otro.
Con miradas huidizas que parecían hilvanar una leyenda urbana de escasos minutos.
Observándonos y sonriéndonos en la diagonal de aquel anónimo vagón.
Llegué a mi estación de destino, pero creo que ella ya no tenía que bajarse allí.
Permanecí de pie en el andén.
Hasta que el vagón partió.
Para que me pudiera memorizar sólo un poquito más.
Un lánguido y minúsculo ratito más.
Debe vivir en el pueblo de Barajas.
Y dentro de algunos años, muy pocos, le dirán que se parece mucho mucho mucho a Juliette Binoche."
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Posted by Hello

lunes, noviembre 22, 2004


¨Existe todo un universo de dardos sutiles que configuran el especto de la atracción y de la sensualidad cuando una mujer observa a un hombre. Cuando lo observa, cuando lo estudia, cuando lo analiza.
Todas las fronteras del saber observar son siempre difusas.
No me observaba igual L. que como lo hacía M. Quizá porque la primera -por deformación profesional- tenía un sesgo más clínico. Y la segunda, una inclinación más numérica, más científica, más matemática. Si yo, alguna vez, dejaba un libro semicerrado al lado de la cama, en el suelo, L. tenía el dulce encanto de leerse la última página que yo había leido para situarse ella a la altura de la narración. Y dialogábamos después sobre cómo sentía yo el discurso de la trama, de los acontecimientos que tenían lugar. Era como compartir una crónica desmenuzada de pareceres literarios.
M. tuvo conocimiento -mucho tiempo después- de esa extraña costumbre. Y ella silenció el impacto que pudiera generarle. Durante muchos muchos meses, ahora lo sé, esa escena que yo le conté de mi previa relación con L. debío atesorarla en su neuronal tienda de campaña íntima.
Una vez, una mañana de domingo, ella se levantó un poco antes de lo usual.
Regresó a la cama pocos instantes después, y, semidormido como estaba, no me dí cuenta de un preciso detalle.
Se había traido una pequeña pila de novelas y de libros que ella había ido amontonando al lado de la mesita de noche.
No serían más de cinco o seis, y luego supe que ella las había escogido al azar.
Comencé a reaccionar cuando me dijo que fuera absolutamente sincero al contestar a su inminente pregunta.
Me iba despertando poco a poco, pero aún sentía esa sensación de arturdimiento del que poco ó muy poco entiende en una mañana dominical.
- "¿ Leiste con ella alguno de estos libros....? Dime la verdad..."
Dirijí una mirada a los libros, sobre la mesita. Y asentí.
- "¿ Uno ó más de uno ?", ella requirió.
- "Más de uno..."
Tres segundos sordos y mudos.
Hizo M. un breve ademán de incorporarse con una mirada de dificil interpretación.
Pero permaneció sentada en la cama.
Perpetuó el silencio, que quedó roto cuando añadió :
- "Me parece bien. Entonces hoy te toca bajar a tí a por los churros".¨

Posted by Hello

miércoles, noviembre 17, 2004

Lánguida

"...........................................Por nuestros horarios profesionales, yo solía despertarme y levantarme antes que ella. Le encantaba aprovechar esos momentos de sueño adicional mientras yo me iba duchando, me afeitaba y me vestía. Luego me dirigía a la cocina y desayunaba; recuerdo que ponía la radio en volumen bajo, para no despertarla. Ella era muy dormilona, mucho; en la mayoría de las ocasiones, su tentación de dormir un ratito más hacía que yo muchas veces desayunase sólo. No me importaba, me parecía un capricho de visceral sinceridad matinal, capricho e incluso necesidad especialmente comprensible en el crudo invierno. Cuando yo ya había desayunado, y una vez ya me había hecho el nudo de la corbata, me daba los últimos retoques frente al espejo del baño antes de ponerme la chaqueta del traje. Casi siempre, y casi siempre en ese preciso momento, justo cuando yo ya me había puesto un poco de colonia, solía emerger lenta, lánguidamente su imagen en el espejo. Notaba el susurro de su adormilada voz en mi nuca y la dulce presión de sus pechos sobre mi espalda. A continuación, hipnotizados por un ritual sagrado, sus dedos se dirigían durante unos breves instantes a su sexo... Acto seguido, posaba y frotaba circular y milimétricamente los mismos sobre mi cuello, y, cerca, muy cerca de mi lóbulo, me susurraba : ¨Para que lleves mi fragancia durante el día ...¨ ".............................................................................................

lunes, noviembre 15, 2004

Pseudo-Cátedra

Las palabras de la mujer argentina resonaron en el eco del recinto como el sonido producido por una bomba en una campana cósmica de cristal :

¨"Las mujeres españolas las he encontrado demasiado superfluas y "ombligógenas".
Más pendientes del prurito de un ego con déficit de ser actualizado, que de realmente cuestionarse qué es lo que les falta para ser plenas. Nosotros, los argentinos, que hemos convertido en millonarios durante décadas a políticos corruptos y a psiconanalistas, ahora no nos podemos permitir el lujo de especular con las "boludeces" del verso, cuando tenemos que ocuparnos de la "plata". ¨

***

Línea melódica, acento y entonación asociada.
Con movimientos de cabello alternos.

Sólo tres personas la escuchamos.
Y ninguna de ellas era mujer española.

***

Cordilleras

¨Una piel erizada.
Con sinuosos y ambivalentes escalorfríos.
Generados por lo tierno.
Generados por la química carnal.

O inducidos por lo que no lo es tanto.

El misterio del concepto del amante de quien me lea.
Julio Medem que quizá se asome.
Simiente de un guión.


Cayetana que posa su pierna encima de la otra.
La libertad del no filtrar.
Y de no medio-paralizarnos incluso por el recuerdo.
Los ladrones de besos que son honrados.

Los ladrones, en este caso.
Que besos deshonestos también los hay.

Complicidad de y con vosotros.
Apreciada anónima, inclúyete.
Apreciados anónimos, incluiros.

Gracias desde las cordilleras del Alma.¨

***

Revisitando un concepto del Ballet de las Ensoñaciones.
Danza de Noviembre de 2004


***


Post-De(Cadencia)
Posted by Hello

Cadencia

" ...................................... la cadencia de aquellos segundos la retrotraían a momentos de habitaciones solitarias en las que se maldecía de un destino que la había situado como a un viejo cenicero arrinconado ..... Era contemplarse desde una cúspide de sensual frescura y de un vértigo adictivo .... ..... Sus yemas parecían haber nacido exclusivamente para saber ejercitar con extrema y exhaustiva precisión las descargas eléctricas que se producían en el entorno de sus labios .... tanto...tanto...tanto y tanto tantas veces que M. sentía que la intimidad de su ser se resquebrajaba como una porcelana frágil y de cristal ante el impacto de aquellos dedos hurgando el alma......................."

viernes, noviembre 12, 2004

Intermitentes

Los efectos de la botella inicial de Lambrusco y del posterior Enate producían burbujas en la cabeza de I.

En el interior del coche, se dibujaba una dualidad por mi parte : cortés y neutral acercándola a casa, pero muy descortés yo a la hora de poder soportar sus ñoños arranques de superficialidad estilo Cosmopolitan.

He de pellizcarme para asumir que un tema central de la social velada, partenaire de mesa al lado de ella, ha sido el marketinizado caso de la desaparecida y aparentemente sectista Eva Nasarre. Y que, adicionalmente, a lo largo de las próximas semanas, se irá filtrando progresivamente el caso de la amante de un futbolista famoso de uno de los principales equipos estatales. Y yo pensando y elaborando que, si A. -el patentado y potentado cuarentón novio oficial de I.- no la había acompañado precisamente a la cena aquella noche, era porque existía una buena y condimentada razón de creciente desgaste entre ellos.

Destellos de la noche de la metrópoli.
Una broma de su parte a la hora de coger el coche en el parking.

Desde hace ya minutos, I. ha provocado un ondulante silencio que ha durado los momentos milimétricamente adecuados como para que se activara el "click" de lo que no se dice.

Tener dinero, y publicitarlo en un estilizado vestido negro con tirantes.
En unos zapatos más cercanos al fetichismo que al estilismo.
Una voz "superosea-fenomenal" que llama a los bajos instintos.
Y un perfume no identificado que se filtraba en el aroma de un abismo lento, lento, lento ...

Cuatro calles más apenas y casi ya llegaremos.
Cuatro calles para que ella arriesgue con su silencio.
Para que yo arriesgue con el mío.
Tres calles.
Dos.

I. medio aturdida, que se traga el silencio.
He percibido cómo intensificaba brevemente su respiración.
El hipnótico y luminoso click-clack del sonido de los intermitentes del coche ..
Click.clack ..
Click.clack ..Concierto de fosas nasales rítmicas ... inhalando ... exhalando ...
Tanto traga I. , que traga y traga hasta el irreprimible deseo de no explotar, de no decirme "Hijo de Puta, hey ... mueve ficha..."

"Saluda a A. de mi parte,
dile que un día tenemos que vernos."

Ficha.

Jaque.

Sala

" Has cruzado tu mirada conmigo alternativamente, en calculadas y esporádicas ocasiones.
Ese sutil y dulce conflicto -en tu interior- entre el saber asumir el rol y entre el plasmar -muy femeninamente- lo que el instinto te marca.
Y creo que saboreas ese instante.
Ese instante de tortuoso conflicto ...
Un conflicto aún más sutil, aún más dificil de definir y de perfilar cuando, sorpresivamente, has acariciado fugazmente el flanco izquierdo de tu costado, ni siquiera por un lentísssssssimo segundo.

Una blusa celeste que esconde lo que en el brillo de la mirada muestras.
Unos dedos que traicionan tu aparente quietud a juzgar por cómo maltratan ese rotulador rojo.

***

Tu hermana desconoce que, a través de aquella tarjeta postal del azar, podamos estar aquí ambos divisándonos a escasos dos metros.
No le vas a comentar nada, porque nada hay que comentar.

Y en ese break de escasos cinco minutos, para descargar la tensión de la reunión y poder tomar un café, has salido a hablar por el móvil.
Como la dama que se sabe observada en sinuosos movimientos de cintura, alternos, lentos, mientras conversas.

Ballet de las Insinuaciones Ensoñadas.

Dios .... me gusta el concepto ... Ballet de Insinuaciones Ensoñadas ...

***

Una visceralidad que nace en los manantiales de una constatable sensualidad.
Conceptos acuáticos : acqua de dosis de Poros Sensitivos.

Y una vez reincorporados, me estás regalando la visibilidad de quien no desea observar, para que se recreen en ella, en tí.

Pero el ejercicio de lo obvio es más agotador que el oxígeno del misterio.

Habría intuido que te despedirías con una sórdida gelidez.

Lo habría intuido, humildad asociada a un tan sólo intuido ... ...


***


Una milimétrica, tensa y sinuosa ambivalente frontera al darnos la mano al despedirnos ... ...

Ah ... te comentaba por último ... ¨ saludos y un besito a tu hermana¨ ..."

Es bleibt das verstecktes Gefühl des Geheimnisses.

Posted by Hello

Prefacio

Pasa, por favor.
Adelante.
Déjame que te coja tu abrigo.

Me gusta tu bolso.
De veras.


Siéntate.
Relájate.


Regreso en un instante.
No tardaré.


***


Art_Alegoria