
“Uno de los mayores encantos con los que se asiste a la acumulación de canas y pasajes vitales, reside en el grado de relativismo con el que se asiste a las tendencias mediáticas, estéticas e incluso ideológicas. Percibe uno la fugacidad de lo efímero, de lo marketinianamente en boga, incluso, en elementos tan cotidianos como unos simples tejanos o en un móvil.
En Milán, hoy, el que las chicas lleven tejanos de cintura baja, enseñando un piercing, y, sobre todo, acompañarlos de cinturones de tejido elástico con colores estridentes, se considera una ordinariez. De terroni. De niñas-chicas-mujeres Paletas ; trendy-out; de escaso o mal gusto.
En Alemania -a pesar de la crisis aún en vanguardia tecnológica- se ha constatado actualmente el fracaso comercial de los móviles que poseen videollamada. Interrogados los potenciales usuarios, aducen razones muy lógicas :
“No me siento atractivo/a en el momento en el que me llaman”, “No me gusta que me vean en un sitio en el que no deseo q me vean”, “Es que no quiero que me observen con quien no deseo que me vean”. Se impone la demanda agregada : si no utilizas a menudo un servicio, no te compras el terminal con él incorporado. Sencillo.
El esclavismo de lo “in” y de lo “out” ha existido siempre, siempre. Desde los tiempos de Cleopatra a los de Jacqueline Kennedy. Pero el bombardeo sistemático se calcula se ha podido multiplicar exponencialmente en los últimos 10 años con la profusión de nuevas tecnologías y nuevos medios de Impacto persuasivo.
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Exhalo el humo del primer cigarrillo rubio del día.
Y reparo en el mismo : una marca norteamericana.
Extraña obsesión me ha dado por discernir claramente siempre entre lo que es "sudamericano" de lo que es "norteamericano". Que no es lo mismo. No.
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El placer de resistirse –sin sucumbir y caer en la militancia de la ¨contra-corriente¨- es uno de los sutiles encantos con los que aún uno puede reivindicarse como apátrida de una sociedad occidental globalizada cada vez más fácilmente manipulable, y, progresivamente, cada vez más ávida y dependiente de un estéril y cruel consumismo.”