Mimética

¨Lo saben pocos, muy pocos.
Así que, no sufras.
No sufras con ello.
Tú sabes que no eras la elegida.
No.
Tú sabes que Julio pensaba en otra, en ella.
Cuya identidad no se te reveló.
Que tú fuiste la segunda opción.
El segundo plato.
Julio es una persona muy accesible.
Pero de difícil colaboración profesional : porque ansía la perfección.
La perfección.
La angustia de la perfección.
Y él sabía que tenía entre sus manos el guión, el script, la mejor materia prima de su vida.
Y sólo podía visualizarlo en ella.
Con ella.
Y tuvo que asumir una quiebra en el arquetipo mental que había diseñado.
Porque supo que llegaría a lograr un excelente producto.
Pero no la película que había soñado desde los 11 años.
Tú sabes que no tienes aspecto siquiera de poder llamarte “Lucía”.
Ahora ya eres millonaria.
Debes haber ingresado aproximadamente entre 5-8 millones de euros en los últimos cuatro años.
Mínimo.
Tan millonaria te has convertido que ya no accedes a acercarte a San Sebastián de los Reyes.
Que ya no aceptas desplazamientos que finalicen en la estación de Santa Justa.
Que ya no tomas pinchos ni copitas en la zona de Huertas con las que te minimizaban los hormonales granitos.
Pero en tu fuero interno sabes que no.
Que no eras la elegida.
Que lo has rentabilizado.
Sí.
Ahá.
Pero que había alguien más.
Otra.
Ella.
Con estigma unívoco de Predilección.
Predilección no por unas Tetas.
Ni por la geometría fluída de un coño.
No.
Que sabes que no hubo nada de eso.
No.
Predilección por Talento.
Ta-len-to.
Distinto a Sustento.
Y tu marido contento.
Ávaro con el dinero por ser antes hambriento.
Línea en la que concluye este cuento.¨
***
Cansancio de Diciembre.
Tobogán de Micro y Macro-Desgastes.
Suena el móvil.
Un cigarrillo prohibido de las 12 y 23 de un Viernes.
***